No me chilles que no te veo

 El enésimo bochorno del Fútbol Club Barcelona, ese club dónde todo lo que puede salir mal, efectivamente sale peor, parece que ha terminado. Pero sólo hasta el siguiente escándalo, chapuza, cagada o todo a la vez. Porque el Barça se ha convertido en un bucle que engulle, tritura, caga y ventila todo lo que pasa dentro, fuera y a su alrededor. Es el único club del mundo capaz de pegarse un tiro en cada pie y seguir caminando sin quitarse los zapatos. Bartomeu es el pistolero, claro. Ya ha superado a Gaspart como el peor presidente de la historia del Barça y ahora en una huida hacia delante que sólo él entiende, está empeñado en convertirse en el peor de la historia del fútbol. Ya lo hubiera logrado de no ser porque a Messi le deben asesorar Cañita Brava y Jaimito Borromeo (se ve que no aprendió de lo de Hacienda) haciendo el ridículo universal por interpretar libremente su cláusula de rescisión. Y es que la humillación del catastrófico 2 a 8 sólo podía ser superado por esta especie de fuga de Alcatraz que han perpetrado Messi y cía. y que sólo les duró ocho días, pocos pero muy largos y más que suficientes para hacer temblar todos los cimientos del club y para que muchos culés hayan emborronado la otrora intocable y gloriosa imagen de Messi, santo y seña del barcelonismo.

Por la torpeza e incompetencia de unos y el egoísmo y cobardía de otros, el Barcelona se encuentra al borde del abismo, como tantas otras veces ha estado aunque siempre se ha levantado. No existe otro club con mayor poder de autodestrucción pero también de regeneración que el Fútbol Club Barcelona. Y ningún jugador está por encima del escudo. Ni siquiera Messi. El argentino pretendía saltar de la nave, dejándola a la deriva, tocada y casi hundida, abandonando a todos los culés en el agua (igual que el capitán del Costa Concordia). 

Bartomeu (Nobita de grande) ha conseguido tejer una red de mentiras, mocos, fallos, mierda, pifias y vómitos que tiene al club asfixiado y sólo puede seguir respirando si viene alguien con la chupona, la karcher y el KH7 para limpiarlo todo de arriba a abajo. Y ese momento, por fin tiene fecha. En el mes de marzo, Bartomeu, ese tipo con cara de bueno pero maneras de sociópata, se marchará para no volver jamás. Seis meses. Pero Messi no podía esperar. No quería. Porque es imposible hacerlo peor que Nobita, pero él no es el único culpable. Ha dejado al club en un boquete económico sideral por tener la plantilla más cara de la historia del deporte mundial con una masa salarial insostenible. Todo para intentar hacer el equipo más competitivo y fuerte posible y hacer que el ecosistema Messi siguiera floreciendo. Porque Messi se lo ha dado todo al Barça, sí. Pero el Barça a Messi, también. Lo ha convertido en el futbolista mejor pagado de todos los tiempos por mucho. Lo ha rodeado de futbolistas de primer nivel y ha consentido que sus amiguitos dentro del vestuario tuvieran el status de intocables, como él. Hasta que han despreciado a su inseparable Luis Suárez y a Messi le han acabado de explotar los pimientos. Otra chapuza más de la administración Bartomeu, no tanto por el contenido sino por las formas. No puedes echar al tercer máximo goleador de la historia del club diciéndole que no cuentas con él con una cobarde llamada telefónica de minuto y medio. Ha sido la penúltima de muchas de este presidente errante y Messi dijo basta. Por eso, lo del burofax debió ser un calentón, porque peor no se puede hacer. El argentino no midió los tiempos, las formas ni las consecuencias y con un sólo hecho se ha puesto a la altura de su odiado presidente. El mismo que ha devorado secretarios técnicos, directivos, ha fichado jugadores mediocres a precio de oro y ha despedazado los dos últimos entrenadores sin ningún tipo de orden ni remordimiento. Pero también el mismo que intentó rodear a Messi siempre de lo mejor para que el argentino continuara siendo el número uno. Messi es el vigente Balón de Oro. Pero el Barça lleva cinco años haciendo el ridículo en la Champions. Algo falla. Y a cada año que pasa peor: 4 a 0 en el Parque de los Príncipes -que se arregló con el histórico 6-1-, 3 a 0 de la Juve, 3 a 0 contra la Roma, 4 a 0 frente al Liverpool y el increíble -cuesta hasta escribirlo- 2 a 8 contra el Bayern. En todas estaba Messi -las dos últimas como capitán- y a su lado todos sus colegas.

Al final cada uno arrima el ascua a su sardina (Telespeto, dígame?) y seguro que tienen hasta su parte de razón. No estan condenados a entenderse porque el mal ya está hecho y además tienen fecha de caducidad, pero se les debe exigir menos excusas y reproches y más compromiso y honradez. Sólo por el Barça -aunque eso ya han demostrado que les importa un peine-. Porque este club ha sobrevivido por igual a Gamper, Samitier, Kubala, Cruyff, Romerito, Núñez, Ronaldo, Van Gaal, Figo, Amunike, Gaspart, Guardiola, Laporta, Puyol, Chigrinskiy, Rosell, Neymar, Bartomeu, Messi.. Todos son el Barça y Barça no hay más que uno.  





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