Tenerifes

El domingo se termina la Liga y el Real Madrid viaja a Málaga con la única intención de lograr su primer campeonato nacional en cinco años. El equipo de Zidane lo tiene en su mano ya que le basta un empate y además juega contra un club amigo que para remate entrena un mito del madridismo. El Málaga no se juega ni la 'honrilla' ya que aún ganará dinero -exactamente un millón de euros- si los blancos se llevan el campeonato por una de esas famosas cláusulas adicionales que se firman por objetivos hoy en día, de cuando el Madrid fichó a Isco. Y por si aún quedaba algún iluso, Michel ya ha comentado que es mucho mas merengue que Valdano -por las Ligas que el Madrid perdió en Tenerife-, por si acaso. Vaya que no hace falta ni que se juegue el partido ya que todas las partes implicadas parecen desear un mismo resultado. Pero resulta que fútbol es fútbol y nunca se puede dar nada por sentado en este maravilloso deporte que precisamente por eso es tan apasionante.

7 de Junio de 1992. En la última jornada de Liga el Real Madrid viaja a Tenerife dependiendo de sí mismo para cantar el alirón mientras al Barcelona solo le queda ganar y rezar. Es un Madrid 'post-Quinta del Buitre' ya sin algunos baluartes de esa época pero con los atributos de siempre. En una temporada extraña, el presidente Ramón Mendoza se da el lujo y el 'gustazo' de despedir en pleno invierno al entrenador Antic porque su equipo "no da espectáculo" aún siendo líder destacado de la Liga. Inaudito. Mendoza le confió a Beenhakker, un viejo conocido, la misión de hacer disfrutar al respetable. La Liga la daban por ganada, por supuesto. Pero el espectáculo no solo brilla por su ausencia en el Bernabéu sino que incluso pierden toda ventaja en un final de temporada que se les hace eterno, aunque aún le da para no depender de nadie en la jornada decisiva.
El Barcelona, por el contrario llega con una trayectoria muy ascendente tras coronarse -al fin!- campeón de Europa por primera vez en su historia unas semanas antes en Wembley. El equipo de Cruyff sí enamoraba jugando y tras un arreón final perfecto, le comió la moral y los puntos al Madrid. El día D, casi nadie cree en el milagro. El Barça despacha en su estadio al Athletic con dos goles en la segunda mitad y espera noticias de la isla. Es entonces cuando el fútbol concede uno de esos partidos increíbles con desarrollo épico que solo este deporte sabe dar. El Real Madrid puso tierra de por medio antes del descanso con dos goles de Hierro y Hagi -sí, el rumano- y la Liga ya no podía ser mas blanca. El Tenerife un equipo novato en la élite, entrenado por un ex madridista no se jugaba nada pero Estebaranz -tiempo después culé quién sabe si por compensación por aquello- puso picante antes del descanso recortando distancias con un jugadón. El empate no le valía al Madrid si el Barça ganaba su partido. En la segunda parte los blancos -aquel día de azul- se suicidaron con un gol en propia de Rocha y muy al final con una de las jugadas mas estrambóticas que se recuerdan: la cesión inverosímil de Sanchís a Buyo desde medio campo que éste, con el sol de cara con gorra mediante devuelve el balón al terreno de juego y le regala el tercer gol a Pier y la Liga al Barça. El Real Madrid se hundió en la misma orilla de la isla y Valdano exclamó aquello de "viva el fútbol limpio!!" despojándose de cualquier sospecha previa. Tenerife y Barcelona se convertían en amigos para siempre. El Barça de Cruyff conquistaba su segunda Liga consecutiva y redondeaba un doblete histórico en aquel mágico 1992.


Parecía poco probable que el Madrid dejara escapar aquella Liga en ese partido, pero se dio. Lo que parecía ya imposible era que aquello volviera a suceder justo igual solo un año después y con los mismos protagonistas exactamente. Y es que el fútbol dispone de los mejores, mas retorcidos y crueles guionistas que existen. Ni en la literatura universal, ni en Hollywood ni siquiera en el mismísimo cine español tienen la suerte de contar historias tan increíbles como la que nos regala el fútbol de vez en cuando.

20 de Junio de 1993. Mismos sitios, mismas horas, misma gente y la misma situación que el año anterior en la última jornada de Liga. El Real Madrid vuelve a su isla maldita sin depender de nadie. Otra vez. El Barça juega en el Camp Nou y debe ganar y esperar. Otra vez. El Tenerife sigue dirigido por Jorge Valdano. Otra vez. Pero esta vez el equipo tinerfeño no juega solo por el honor y los maletines sino que se disputa una plaza europea por primera vez en su historia. Y esa misma semana el Madrid había eliminado al Barça en semifinales de Copa en el Camp Nou. Máxima tensión. Quién dijo que segundas partes nunca fueron buenas?
Esta vez fue el Tenerife el que despachó rápido al equipo de Benito Floro que salió al césped como fantasmas encadenados por su mas rabioso pasado. Dos cabezazos del mítico Dertycia y de Chano enterraron cualquier atisbo de vendetta blanca. En Can Barça fue Stoichkov quién decidió al inicio con su solitario gol que aquella Liga volvía a cambiar de dueño el día mas importante, el último. Ver para creer. Otra vez.
El Barça de Cruyff se especializó en ganar Ligas sobre la bocina y el no va mas fue al año siguiente cuando la ganó en el último minuto. Pero esa es otra historia. Valdano se reconcilió con el madridismo dándole una Liga dos años después de haberle quitado la segunda consecutiva en Tenerife.
El fútbol da muchas vueltas y a veces se cierran círculos y otras veces se rompen. Todo está preparado para que el Madrid cante el alirón en Málaga. Como lo estuvo en Tenerife hace 25 años. Porque fútbol es fútbol.

Comentarios