En un puño

Así esta la Liga y así da gusta verla. Competida, intensa, emocionante. Cualquiera puede asustar e incluso ganar a cualquiera. Las ligas de los cien puntos parece que han pasado a mejor vida. Aleluya! Se echaba de menos sentarse a disfrutar un partido con la incertidumbre lógica del resultado y no solo para ver por cuantos goles vencía el grande. Hasta tres líderes distintos han habido durante la jornada.

El primero que alcanzó la cabeza -provisionalmente- fue el Barcelona. En Mestalla lo asfixió un correoso Valencia que de la mano de su flamante técnico Prandelli enseñó el índice de su nuevo libro de instrucciones. El Barça no terminó de sentirse a gusto ni siquiera celebrando el gol de la victoria. Se adelantó con un gol que debió ser anulado, lo remontaron en una pájara típica de la hora en que se jugaba, empató por pura convicción y al final se llevó el partido sobre la hora. Por huevos y porqué Messi esta vez no dejó que Diego Alves le amargara la semana al valiente que lo desafía desde el punto de penalti. La sensación que queda es que el Barça salió vivo de Mestalla -excepto Iniesta-. Fue un partido excitante, de los que hacen afición y que tuvo de todo. Goles, emoción y polémica -que sería del fútbol sin ella?-.

El Sevilla fue el segundo asaltante a la cumbre de la jornada. Y en partido directo frente al que era líder antes del fin de semana. Muchos agoreros, bastantes videntes y todos los futurólogos que fueron cuestionados a principio de curso, vaticinaron que Sampaoli no se comería las castañas asadas en Sevilla. Fallaron, como siempre. Cambiar un estilo tan propio que además ha cosechado éxitos no va a ser fácil. Pero desde los buenos resultados todo se ve de otra manera. Además Sampaoli ha encontrado en Nasri al perfecto ejecutor de su idea. El sustituto de Banega está haciendo olvidar a este a base de liderazgo, compromiso y mucho talento. El díscolo francés se ha reencontrado con su mejor fútbol después de que Guardiola ordenó perderlo de vista y es uno de los artífices del espectacular arranque de campaña del club de Nervión. Ayer le metieron mano al, hasta ayer invicto, Atlético y cuentan los partidos de casa por victorias. Tiempo al tiempo porque Sampaoli puede hacer algo grande en Sevilla. Los videntes lo empiezan a ver en su bola de cristal.


Y el tercer y definitivo líder de la jornada cerró ésta con una ajustada victoria sobre un mermado Athletic de Bilbao. Durante muchos minutos el Real Madrid padeció los mismos síntomas de la curada 'fiebre amarilla' que sufrió hace unas semanas. Pasividad, lentitud y desorden desesperaban a un Bernabéu inquieto con las primeras partes que está protagonizando su equipo esta temporada. Varane volvió a tener el típico partido nefasto que le impide explotar como lo que se presupone pero no termina llegar a ser. Normalmente se consigue coser el agujero porque Zidane tiene un plan 'B' que casi nunca le falla: Morata y Lucas Vázquez. La cuestión es porque no utiliza este socorro que tan bien le funciona como estrategia inicial. Probablemente porque sigue siendo sumiso de sus propias palabras que además siempre incide a recordar: "la BBC es innegociable". Hasta que deje de serlo.

P.D.: Mourinho sigue con la caída del propio mito que él creó -Special One hace tiempo que dejó de serlo- y ayer fue humillado en su antigua casa de Stamford Bridge. En la Premier también están todos en un puño. Bueno, todos no. Pero Mourinho se ha comprado unos prismáticos, tan prevenido como siempre.

Comentarios