La fiebre amarilla

Es luminoso, llamativo, creativo. Es el color del Sol, de los girasoles, de Pikachu y de la mala suerte en los escenarios teatrales. Amarillo es el color que visten los equipos que han frenado, consecutivamente, al Real Madrid después de un inicio de temporada inmaculado del equipo blanco. Villarreal, Las Palmas y Borussia Dortmund no han vencido a los de Zizou pero tampoco han sido derrotados. Suerte que el Cádiz juega en Segunda.. aunque ya la liaron el año pasado con el 'caso-chirigota Cheryshev'. Y el domingo llega al Bernabéu un buen Éibar. Sí, juega de azulgrana. Pero su segunda equipación es: amarilla!! Demasiadas coincidencias?


Se ha demostrado que ningún equipo es inabordable. El Madrid se quedó a un partido de batir el récord del Barça de Guardiola de partidos seguidos ganando en Liga. Tienen una plantilla impresionante y Zidane está demostrando saber administrar a sus jugadores. Hasta está para convencer a Cristiano de que no es un ciborg venido del futuro y sí un jugador capital que es imposible que dispute todos los minutos de todos los partidos. Que el portugués acate la decisión del técnico francés es otra cuestión. Ayer volvió a marcar en un partido vibrante, digno de la verdadera Champions -aunque sea en fase de grupos-. El Borussia tiene un mérito enorme. Cada año le desmantelan medio equipo pero siempre sabe reinventarse -algo parecido le pasa al Sevilla- y tienen toda la pinta de que, si nada se tuerce como no debiera, la volverán a liar como ya hicieran hace pocos años con Klopp. Jugadores jóvenes, valientes, que juegan con descaro, técnicos, con mucha hambre y con falta de experiencia también, por supuesto. Pero que da gusto verlos jugar. El Borussia Dortmund es puro fútbol, para lo bueno y malo.

El Real Madrid está en pleno proceso febril. El domingo saldremos de dudas si el Éibar sale provocando con su segundo uniforme o sale escaldado del Bernabéu. Lo que no sabemos todavía es si la fiebre amarilla es otra 'falsa epidemia' ideada por las farmacéuticas para sacarnos los céntimos, o por el contrario, es real. De momento, Florentino ha pedido un palé cargado de antídoto. Por si acaso.

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