La vida sigue (casi) igual

Pues sí, ya ha dado comienzo la temporada 16-17. Se han disputado las dos Supercopas, donde han ganado los de siempre. Todo en orden, sino fuera por esos detalles tan incomprensibles que este deporte sigue arrastrando y nadie quiere quitarlos de encima. Tan difícil es que el mercado de fichajes se cierre antes que se inicie la Liga? Evitarían que la 'guía Marca' y los cromos de Panini nacieran como Benjamin Button, viejos. Alguien entiende que, después de solo dos jornadas, se pare la competición por los partidillos de las selecciones? El dichoso calendario único es como reciclar, todo el mundo sabe que es necesario pero nadie lo hace.

Barça y Madrid han vuelto donde lo dejaron, levantando trofeos. En Can Barça se han deshecho de varias prendas que hacía tiempo que acumulaban polvo en el armario -regaladas, como manda la tradición, para que luego digan que los catalanes son peseteros- y han comprado lo nuevo de temporada. Aunque hay una prenda en especial que ni en los mercadillos la quieren. Solo pensar que rechazaron pagar por Asensio -la nueva y joven sensación- para fichar a Douglas, es para que le entren retortijones a cualquiera. Luis Enrique ha renovado y mejorado su fondo de armario para volver a ser uno de los dos rivales a batir.
El otro, como no, es el Madrid que sigue de luna de miel con Zidane. No es para menos ya que en pocos meses en el cargo ha conseguido la Undécima -con la tranquilidad que otorga ser campeón de Europa- y lo mas difícil, que Florentino no haya sacado las manos de los bolsillos en todo el verano para sacar la chequera ni su colección de cromos -tengui, falti, falti, tengui-. Parece que alguien ha hecho entrar en razón al presidente blanco. Insólito.


El Atleti va a seguir siendo la misma roca de cada año, como solo Simeone sabe picar. Aunque sus deseos no han sido concedidos -y mira que los dirigentes rojiblancos lo han intentado- el Cholo sabe bien que para aposentar a su equipo en el mismo trono de los grandes, le falta otra guinda. Una ya la tiene -Griezmann- pero puede no ser suficiente. Desde que se marchó Diego Costa, Simeone sigue buscando su perforador de redes ideal. Le han traído un buen futbolista -Gameiro- que no mejora lo que ya tiene -Torres-.

El Valencia sigue con su particular e inacabable Guerra Civil. Los murciélagos viven en su cueva en forma de bucle infinito del que parece no poder salir. Su 'salvador' Lim, ya es mirado con recelo.

El mejor partido de la primera jornada nos lo brindaron el Sevilla y el Espanyol (6-4), curiosamente dos de los pocos equipos que mas han cambiado este verano. En Nervión han cambiado hasta las sillas del estadio y solo quedan Monchi, cuatro jugadores, el fisio y el de los refrescos del Pizjuán. Una refundación obligada para seguir en la cumbre.
El nuevo propietario chino ha traído dinero fresco para ilusionar con el nuevo Espanyol. Un equipo cortoplacista ya que la media de edad de sus fichajes es de 32 años.

Algunos llegan, otros se van, muchos se quedan, pero como canta el señor Julio Iglesias "la vida sigue igual". O casi.



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