Fichaje y fichajes

Acabó el culebrón. Finalmente ha sido el Manchester United quién se ha llevado a la novia. Para ello ha necesitado romper la barrera del sonido en lo que a fichajes se refiere, estableciendo un nuevo récord -que visto lo visto, no tardará en ser superado-. Los diablos rojos han roto la hucha para reclutar a un jugador que hace menos de un lustro era suyo. Tiene razón Mourinho -que alguna vez la tiene- al asegurar que el fútbol está completamente loco, y su mercado más. Locura colectiva, pues.

El United necesita una nueva versión de sí mismo y Pogba, Ibrahimovic y Mourinho han llegado para dársela. Veremos como se comportan tantos gallos en el mismo corral. Aunque Madrid y Barça, los últimos años, han echado por tierra esta teoría. Nadie tiene mas gallos que ellos y no paran de ganar.



Un fichaje es -como el trabajador cuando comienza en cualquier empresa- un melón por abrir. Da igual de donde venga, lo que haya sido, lo que pueda llegar a ser, si ha sido caro, barato o gratis; porque cada país, cada liga, cada club, cada vestuario, es un mundo. Y cada fichaje también. Ejemplos hay a patadas -a un balón-. Tenemos el típico fichaje estrella millonario que acaba estrellado -por Madrid aún se preguntan si ficharon a Kaká o a su figura de cera-. Pepe o Dani Alves son el mejor ejemplo de una contratación polémica por un elevado coste -siendo defensas- pero que al final resultaron una auténtica ganga, por altísimo rendimiento durante muchas temporadas. El Barça se "autoengañó" con el rendimiento inmediato de Vermaelen, un jugador que fichó lesionado y que su historial médico no invitaba al optimismo. Jugó 21 partidos en dos temporadas y valió 19 millones de euros. Las matemáticas no mienten y sonrojan al mas pintado. Menos a Laporta, que no se puso ni colorado cuando embaucó a todos con el fichaje "fantasma" de Keirrison, un joven brasileño que nunca debutó, ni entrenó ni fue presentado. Se le perdió la pista tras la enésima cesión y nunca mas se supo. Operación con alto tufillo sospechoso. Los clubes siempre buscan diamantes en bruto. Buenos, bonitos y baratos. Monchi ha hecho grande al Sevilla con esa filosofía de club.

Los prejuicios sobre jugadores nuevos se han demostrado fallidos demasiadas veces. Todo fichaje se ha de valorar con la perspectiva que solo da el tiempo. Por suerte, hay melones para todos.



Comentarios