Un respiro

Pleno verano. En fútbol, época de fichajes. Muchos. En las portadas de los diarios, todos los imaginables. En la imaginación de los aficionados, también. En la realidad, no tantos. En plena vorágine donde está instalado el fútbol actual, no hay descanso. El negocio no lo permite. Cuando aún resuena algún lejano eco de la Eurocopa que terminó no hace ni diez días, muchos equipos han echado ya a andar de cara a la temporada que se nos viene encima.

Una Eurocopa, por cierto, que no dejará ninguna huella. Sí en Portugal, que se alzó por primera vez campeona, seguramente cuando menos se esperaba. Junto a la Grecia del 2004, posiblemente, el vencedor más rácano que se recuerda. También dejará marca en Cristiano Ronaldo, que ya puede presumir de un gran trofeo con su selección, a diferencia de un Messi maldito con Argentina. Esa es ahora mismo, la gran diferencia entre ambos. Pero el combate de los dos colosos de este siglo aún no ha terminado. Quedan todavía muchos capítulos por escribir. Por suerte.

El milagro español que comenzó, casi por casualidad, allá en 2008, acabó de mala manera en el último Mundial. Esta Eurocopa no ha hecho mas que confirmarlo. Se ha acabado una era. Hay que asumirlo. Lo difícil viene ahora, cuando hay que dar continuidad a una idea sin sus ideólogos. Sería un error no seguir la misma línea que les ha hecho eternos y tanto ha costado encontrar.



El fútbol de selecciones cada vez está mas maltratado. En plena temporada, lo meten con calzador. Molesta mas que entretiene. La temporada es de los clubes. Eso sí, cuando después de un año, cada vez mas cargado de partidos, llega la Eurocopa o el Mundial de turno, todos esperamos lo mejor. Y cada vez es mas complicado fascinarse con estas competiciones. Hace años que no nos dejan partidos memorables, como antaño. Porque los grandes cracks cobran como dioses. Y acaban la temporada reventados. Demasiados partidos. Muy compactado todo. Ahora es cuando los demagogos dirían aquello de:"con el dinero que ganan, deberían correr y jugar lo que haga falta". Y lo hacen, faltaría mas. Pero  luego nos quejamos si no les sale un regate, si fallan un pase fácil o si tiran a las nubes un gol cantado. Los futbolistas son humanos, de momento. Que el fútbol esté explotado no es culpa suya. Ni siquiera que cobren tanto. La ley del mercado manda y este 'tinglado' está así montado.

Una selección no puede aspirar a nada bueno, cuando tiene diez escasos días para preparar una competición con jugadores que no han jugado juntos en meses. O en mitad de la temporada, se recorren medio planeta para jugar un partido y volver con su club, sin tener en cuenta ni jet lags ni gaitas. De locos. Son solo ejemplos de la avaricia del fútbol actual. Una industria imparable, que como tal, solo mira por su dinero. Mas y mas partidos no dignifican este deporte. Lo aborrecen. Es preferible la calidad a la cantidad. Los que dirigen este deporte, no lo respetan lo suficiente. El fútbol es demasiado bonito como para exprimirlo sin compasión. Necesita respirar. Pero no será posible.

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