Fútbol

Influyente. Provocador. Profeta. Revolucionario. Creador. Genio. Lo dije casi todo de él en la primera entrada de este blog casero que tanto me hace bien. Y lo volvería a hacer mil veces más. Porque escribo cuando me apetece, para sentirme bien. Y es gracias a figuras como Cruyff que me encanta hacerlo. Héroes fascinantes de los que nunca te cansas de relatar, con infinitas historias que contar. Tantas jugadas, tantos momentos, tantas lecciones y frases para el recuerdo. Ha dado tanto y lo que deja es tan grande, que solo queda darle las gracias por última vez.


Los que amamos este deporte, le debemos bastante. Él es el fútbol moderno. Nadie lo plasmó como él. Ni en el césped ni en la banda. Todo buen trato al balón está impregnado de Cruyff. Y hoy el balón está triste porque se va uno de sus mejores amigos. Quién mejor lo trató. Se crió con él. Lo cuidó, lo mimó y se encargó que otros lo hicieran también. Pero se va para quedarse. Porque los genios nunca mueren. Son eternos.

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