Que el fútbol es una industria que cada vez mueve mas dinero, importándole bien poco las tradiciones y faltando, incluso, a la cordura, es una realidad que queda patente en situaciones como las del otro día en el partido del Benito Villamarín entre Betis y Real Madrid. Las equipaciones de unos y otros eran tan parecidas que se hacía demasiado laborioso seguir el partido, al menos por televisión (que al final es lo que da mas dinero a este negocio). Supongo que en vivo se diferenciaba mejor, porque sino el árbitro no hubiera permitido que el Madrid disputara el partido con su segunda camiseta gris, que por cierto, no se distingue demasiado de la clásica blanca. Y ese es el quid de la cuestión, porque vale que las marcas deportivas experimenten con todo tipo de colores en las segundas e incluso terceras camisetas de los equipos que patrocinan, siendo la coartada perfecta para que se vendan camisetas año tras año. Pero el mínimo exigible es que al menos, estas se distingan de la primera equipación, para ahorrarnos situaciones como las del partido que he puesto de ejemplo.

Los grandes clubes hace tiempo que se rindieron al dinero de las grandes firmas deportivas, cediéndoles la elección de sus equipaciones. Temporada tras temporada, cambian el diseño, los colores y formas de las camisetas, formando un extenso y maravilloso universo de camisetas de fútbol, que cada vez está más de moda en el mundo del coleccionismo. Por supuesto, hay para todos los gustos. Ahí va un pequeño repaso:




La innovadora. El Manchester United disputó a finales de 1994 un partido de Champions League en el Camp Nou con esta elegante camiseta. El problema es que, por aquella época en España, los árbitros no vestían de diferentes colores, solo de negro y el delegado de la UEFA tuvo que acudir a última hora a la Federación Catalana para que le prestaran un uniforme de árbitro juvenil de color amarillo para que se pudiera jugar el partido.


La incomprendida. A principios de siglo, el Athletic decidió crear una camiseta especial para jugar competiciones europeas. Le encargaron a un reconocido artista vasco que la diseñara. Éste se pasó de frenada y creó la ya mítica 'camiseta del ketchup'. El cachondeo fue mayúsculo y solo llegaron a usarla en un partido de pretemporada, para después retirarla de inmediato.



La precursora. Mucho antes de que Nike atentara contra las señas de identidad del Barça, cambiando las rayas verticales por horizontales, Umbro hizo algo mucho peor. No solo le giraron las rayas, sino que además le cambiaron los colores al Inter de Milán. Por lo menos, les quedó el invento bonito para el recuerdo, puesto que con ella Ronaldo y cía. ganaron la UEFA de aquel ya lejano 1998.





La profética. Esta extraña camiseta suplente del Atlético de Madrid con esa suerte de barrotes carcelarios parecía presagiar lo que pasaría tiempo después con su presidente, el showman Jesús Gil.




La incolora. De un color que no tiene ni nombre (Nike lo bautizó como color 'chino'), esta fea camiseta tuvo que usarla varias veces Ronaldinho para buscar un sitio en la historia. Lo consiguió, a pesar de la prenda.



La rara. A principios de los 90, los estampados y las formas poligonales eran la moda y Adidas hizo un cóctel imposible en esta suplente del Arsenal que hace daño a las retinas. Considerada, unánimemente, una de las peores camisetas de la historia.



La eléctrica. Con un arriesgado amarillo casi fosforito, Nike sentó cátedra en cuanto a diseño futbolero a mediados de los 90 con el Borussia Dortmund. Se proclamaron campeones de Europa con esta camiseta. Un par de temporadas después le cambiaron el característico tono eléctrico por otro mas sobrio y habitual y dejaron de ganar durante más de una década.



La histórica. Un club que no era ni habitual en Primera División, irrumpió con fuerza en nuestra Liga para ponerla patas arriba, tuteando a los gigantes, para hacer historia. Era el genuino 'Súper Depor' de Arsenio Iglesias que vistió esta inolvidable camiseta.




La fantasmagórica. Esta camiseta conmemorativa de la primera Liga de Capello con el Madrid, por suerte, nunca fue usada en partido alguno. Los jugadores con marcas de agua en plan 'caras de Bélmez' es inaudito y muy tétrico. Original es. Paranormal también.





La delicatesen. Se está poniendo de moda en algunos equipos de Segunda División y Segunda B, crear camisetas relacionadas con productos típicos de su tierra. En el Guijuelo pensaron que qué mejor estampado para su camiseta que el famoso jamón ibérico de la zona. Bon appétit.

 



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