Big Bang

La soberana paliza que infligió el Barça al Real Madrid el pasado sábado ha sacudido los cimientos de la Casa Blanca de tal manera que va a tener consecuencias excepcionales. Cualquier cosa puede pasar, porque nadie está a salvo. El socavón que dejaron los culés en el Bernabéu es profundo y la crisis, total.

 Benítez ya no está solo en la rueda de sospechosos y por más que lo ratifiquen, a su sentencia solo le falta fecha. Rafa claudicó y se traicionó a si mismo haciendo la alineación que hace feliz al presi y que cualquiera pondríamos en el Fifa, menos él. Parece que tenga menos culpa en la derrota por poner a todas las estrellas juntas en el once como muchos le pedían, pero paradójicamente, este mismo hecho le ha dejado cojo. Lo ficharon para imponer sus ideas y dirigir una pléyade de estrellas para conseguir hacer un equipo y en el primer día importante se pega un tiro en el pie. Su bajada de pantalones ha hecho perder por completo la autoridad y confianza en el vestuario.

Los jugadores se han quedado sin coartada, después que Benítez cediera en la alineación y luego les dejara mal, haciendo el ridículo. Porque el Barça te puede golear (lo ha hecho otras veces los últimos años y de manera más abultada incluso) pero lo más sangrante es la manera como se produce. La desidia y la actitud impropia en un partido tan especial ha retratado a muchos. Se exige mayor compromiso a la plantilla más cara del mundo. El peor Madrid en décadas. Un equipo sin alma.


 El último clásico es un punto de inflexión. La novedad reside en que, por primera vez, la afición se sublevó ante el otrora intocable ser superior.Y lo hizo de la manera más clamorosa posible: pitada (que el club intentó disimular subiendo los decibelios de la megafonía como si de una discoteca se tratara) y pañolada (esto ya no pudieron taparlo) para la historia. Y todo esto después de la humillación recibida en el partido y ante los ojos de 600 millones de personas que se estima vieron el espectáculo en todo el mundo.

 De momento, se descarta que Florentino abandone el barco, como ya hiciera en 2006. Es más probable que huya hacia delante, caiga quién caiga. Es la sensación que deja tras la rueda de prensa que convocó para reafirmar su confianza en Benítez (risas) y para dejar claro que él no tiene ninguna culpa de los males del equipo. Curioso, ya que el señor Pérez y solo él es el máximo responsable de toda planificación deportiva del club. Por eso, el socio no es tonto y le ha hecho saber su disconformidad de la manera de dirigir el Real Madrid.

Florentino Pérez siempre ha querido ser algo así como el Santiago Bernabéu (el presidente que realmente consiguió hacer grande al equipo blanco) del siglo XXI. Pero su forma de gestionar el club dista mucho de la de aquél. También son épocas distintas.
Son ya demasiados proyectos a ninguna parte con bastantes entrenadores de distinto estilo y  muchos millones gastados en cracks de toda índole para no demasiados títulos. Su empecinamiento en ser amo y señor del club cuál jeque árabe sin director deportivo ni proyecto sólido y definido ni nada que se le parezca, comienza a ser casi obsceno. Su cambio en los estatutos del club para que prácticamente nadie, excepto él y solo él pueda ser presidente del Real Madrid es casi insultante para muchos socios que lo han llevado a los tribunales, impugnando tal autoritaria decisión. Puede ser el principio del fin del florentinato.

No se puede negar que ha fichado en todos estos años a lo mejorcito del fútbol mundial y ha llevado al Real Madrid a lo más alto económicamente hablando. Pero se ha demostrado que ni un puñado de estrellas hacen un equipo ni los ingresos más altos traen los títulos. Curiosamente, cuando más cerca estuvo de tener un proyecto exitoso, los fulminó aún no se sabe bien por qué. Fue con los dos entrenadores que le hizo campeón de Europa. Del Bosque y Ancelotti calaron hondo en la afición y en sus respectivas plantillas pero no era suficiente para el señor Pérez.
También ha tenido la mala fortuna que durante su mandato interrumpido ha coincidido con la gestación, la explosión y la resurrección del mejor Barça de la historia. Sin ellos, posiblemente, Florentino hubiera ganado más de lo que lo ha hecho. Pero eso ya es ciencia ficción.

El mejor equipo del siglo XX, aún no lo es del XXI. El Real Madrid siempre vuelve. Lo que está por ver es cómo y con quién.









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